Relatos de Amor :: No se trataba de Amor

NO SE TRATABA DE AMOR

Y fue este mismo puño el que con sangre juró que no se trataba de amor.

No se cuantas lluvias habrán pasado desde entonces, sólo puedo asegurarles que su corazón bebió cada una de ellas, como si fuesen lágrimas de paz para su alma. No se cuantos momentos verdaderos le di, pero puedo decirles que él los convirtió en únicos. Tampoco recuerdo el dolor que dejaba su aroma luego de cada final, luego de cada partida… Es que era tan bonito verlo regresar, así… como un niño pidiendo perdón… así… como un caballero robando su reina.

Dejé de creer en él… la noche que dejó de mentirme palabras de amor. Entonces, siendo parte de sus sueños, comencé a creer en ellos.

Y tu pregunta viene como puñal incrédulo… Cómo existe tal historia de amor estando tan separados y tan íntimamente ligados uno con el otro? Y mi respuesta es tan simple… Pasa cualquier tarde por aquella esquina… Y verás dos corazones heridos, bailando en un charco y sanándose con esperanzas. Y verás la simpleza de dos vidas separadas, riéndose de ellos mismos, en cada encuentro. Y se va sin lágrimas… y vuelve con sueños…

Por eso para cada mañana le dejé todos mis sentidos, para cada despertar, puse mi corazón a su lado, sólo para que le cuente sus sueños.

En cada tarde de domingo lo recordaría, riéndome en mi propia complicidad. Y para cada noche, cualquiera sea, quedaría velando como una estrella… sólo para darle mi luz a su lado más oscuro. Se llevó en su boca el sonido de mi risa. Supo embriagarse con el sabor de mis lágrimas y dibujó mis ojos con el color de su sangre… para que ya no me vaya de su memoria.

Y cualquier final en esta historia sería divino porque la historia empieza con cada final y termina siempre cada vez que despierta de su sueño. Mientras todo sigue afuera como siempre… él se vuelve más real y yo… yo había jurado que no se trataba de amor.

Frases de amor, bonitas y cortas:

Tu amor vale más que mil millones de estrellas.

Prefiero un minuto contigo a una eternidad sin ti.

Mi pensamiento eres tu.

Si no te veo es como si no respirara.

Hasta mi móvil te echa de menos.

Hasta mi perro aulla cuando no te ve, pero no te confundas los aullidos son mios.

Una sonrisa me hace inmensamente feliz.

Me alimento de pensar en ti.

Soy un volcán cuando me acaricias.

Ni la estrella más lejana me impediría verte.

Te quiero. (Creo que solo te lo he dicho un millón de veces)

Hoy he descubierto que eres más dulce que la miel.

Me hipnotizas y me hechizas a todas horas.

Inicio de Angel :: Sitio del amor


Inicio de Angel

Yo lo sé: afuera
las luces anuncian que la ciudad
aún sobrevive:
Que tendrían que amarrar todos los postes
para que no se desangre.
Que el aire de la montaña
pasa arañando con su hálito y desciende
sobre la techumbre dispersa de la noche.

Pero pusiste tu lengua de húmeda estrella
sobre mi cuello
indefenso,
y mojas con tu pericia de gata el alma,
y es tu cuerpo
el más hermoso rescoldo que abrigo en mi cuerpo,
el nido pequeño que ya cabe en mis manos,
levantas la mirada
y ávida de cielos das los labios,
mariposa de todos mis deseos.

Abajo, blanden cuchillos
las hojas sedientas del temor,
pero tú, aquí, despliegas tu más hondo beso
y suples mis llagas con cariños nuevos.

Afuera, ¡hay quizá tanto afuera!,
pero aquí, en este espacio inventado,
estamos aprendiendo a no negarnos,
a ser las alas
del ángel que iniciamos.

(Ronald Bonilla,
del libro A Instancias de tu Piel, Editorial Géminis)

Lindos Poemas de Amor :: No se en que momento

No Sé En Qué Momento...

No sé en qué momento,
en qué;
estoy,
nunca sé dónde estoy,
porque soy fugaz,
estrella,
cuenco de agua reposando manos.
Nunca supe de dónde vengo,
si subo a la nube
si flagelo la luna
de luz
o media sombra.

Siento correr el aire entre mis venas
y la altitud conmueve mis sentires,
el río me canta sin sueños
y sueño morirme cada madrugada
y siento estarme quieto
reposando medio muerto
vivo
entre la hierba alada.
No sé,
si tu cielo mueve tormentas en el alma,
o la luna lunera humedece mi espalda.

No sé,
predico y digo y juro en mil palabras que no lo sé.
Salto en la plaza, la que reposamos los cuerpos
como niños vestidos
reídos de cien historias
cuando tu saco fue cuna de mi espalda dolorida.
¡No sé porqué te ví llorar tanto!
ante mi fuga torpe,
la fuga de los libros teñidos de sueños locos.
No sé porqué la retina me miente
de las glicinas
y el espejo de la habitación
que dormía plácida hasta que llegamos
despiertos o mudos, o dormitando
sin dormirnos sudados
incansables...
Juro que no sé, señora
si le cuento que no fue mi ángel,
fue su ángel triste que enamoró mi alma,
fue su tierna mirada,
y su soledad solitaria y vagabunda en los caminos
sin rumbos.
Rejuro señora
que entre tanto alboroto de poemas,
mis uñas rasgan el último verso
de luna perseguida,
y no decapitaban en la noche
a la vuelta los relojes absurdos
de ese calor incontrolable...

Juro que, mediando entre el tiempo y la nostalgia,
entre el borde de mi río, entre sus barrancas
que sueñan verdades de mis absurdas preguntas,
baño mi espalda del sol naranja,
ese que con nuestras manos
cerramos inquietos cuando venia de la noche,
porque éramos:
uno.