CARTA A UN AMOR PERDIDO
En esta carta quiero expresarte todo lo que no pude decirte, porque desapareciste de este mágico y hermoso sueño. Querido mió siempre despierto a tu encuentro, en cada melodiosa poesía, ahí estas en mis pensamientos profundos e intensos, nunca puede tenerte como quería, si pude sentirte y amar tu loca vida, fuiste una bella inspiración a mi alma, una sonrisa a mi nostalgia, una motivación por las mañanas y una esperanza que aun no acaba.
Porque mi cielo te alegaste justo cuando empezaba a amarte, ya no me necesitabas, tan cansado estabas de esperarme, porque me dejastes volar tan lejos de ti, acaso tu libertad no existió dentro de mi. Siempre supimos de este amor enloquecedor, porque ahora mi amor te vas y no aceptas mi canción, acaso nunca supiste cuanto te ame, todo lo que arriesgué, jamás sabrás lo que causastes, ahora me corres de tu vida, pues mañana no sabrás si tengo otro amante.
Yo se mi amor que me querías, con mis locas fantasías, con mi mágica alegría, atrevida así decías, ocultarlo no podía, reprimirme me dolía, lo intente y súbitamente te empecé a perder, ya no me sentías, ni enloquecías, ya no vibrabas con mis poesías, tampoco mis palabras apagaban tu sed, pues perderte no fue ningún placer.
Pensar mi vida que nos amamos tanto, con tanta alegría y hoy puedo decirte en estas letras que vivo al límite de la agonía, voy observando tu imagen que no quiere acariciarme, haría cualquier cosa por tenerte cerca, aunque vivamos otra mentira, pues yo sin ti mi cielo no tengo vida, no tengo alegría, estoy ciega no veo la salida. Quisiera ser tu sol calentándote, la brisa del otoño acariciándote y la lluvia del invierno mojándote, extasiada me siento al no contemplarte, sólo el calor de tu piel, el sabor de tu boca, y tus deliciosos aromas, podrían calmar a está mujer que te añora, pues bien entiendo mi amor que me dejaste libre, tampoco te quiero a mi lado si no estoy en ti y menos enloquecer así, dejemos vivir este loco amor como un sueño dormido, que el viento se lo lleve tan lejos de mi ser, que la lluvia lo diluya y el sol que es mi amigo lo regrese algún día cuando vuelvas a ver.
Quisiera terminar esta epístola sin antes saber, si volverás a escapar con los sueños de antes, jugaras al amor con dados, con ases, o amaras con locura al fuego que te arde, sonreirás con cada poema que leas, o lloraras con cada foto que veas, dormirás pensando en mi aroma, o soñaras que fui una mas en tu alcoba, que harás ahora sin mi amor, beberás otra miel, respiras un nuevo aliento, tocaras otros delicados pechos, encenderás otros fuegos, te llenaras de ellas hasta tocar sus almas y cuando ellas te amen como esta loca enamorada, la dejaras para seguir nuevamente conquistando tu libertad, sin saber como esta mujer te supo amar.
Hasta pronto mi vida siempre tuya.
Porque mi cielo te alegaste justo cuando empezaba a amarte, ya no me necesitabas, tan cansado estabas de esperarme, porque me dejastes volar tan lejos de ti, acaso tu libertad no existió dentro de mi. Siempre supimos de este amor enloquecedor, porque ahora mi amor te vas y no aceptas mi canción, acaso nunca supiste cuanto te ame, todo lo que arriesgué, jamás sabrás lo que causastes, ahora me corres de tu vida, pues mañana no sabrás si tengo otro amante.
Yo se mi amor que me querías, con mis locas fantasías, con mi mágica alegría, atrevida así decías, ocultarlo no podía, reprimirme me dolía, lo intente y súbitamente te empecé a perder, ya no me sentías, ni enloquecías, ya no vibrabas con mis poesías, tampoco mis palabras apagaban tu sed, pues perderte no fue ningún placer.
Pensar mi vida que nos amamos tanto, con tanta alegría y hoy puedo decirte en estas letras que vivo al límite de la agonía, voy observando tu imagen que no quiere acariciarme, haría cualquier cosa por tenerte cerca, aunque vivamos otra mentira, pues yo sin ti mi cielo no tengo vida, no tengo alegría, estoy ciega no veo la salida. Quisiera ser tu sol calentándote, la brisa del otoño acariciándote y la lluvia del invierno mojándote, extasiada me siento al no contemplarte, sólo el calor de tu piel, el sabor de tu boca, y tus deliciosos aromas, podrían calmar a está mujer que te añora, pues bien entiendo mi amor que me dejaste libre, tampoco te quiero a mi lado si no estoy en ti y menos enloquecer así, dejemos vivir este loco amor como un sueño dormido, que el viento se lo lleve tan lejos de mi ser, que la lluvia lo diluya y el sol que es mi amigo lo regrese algún día cuando vuelvas a ver.
Quisiera terminar esta epístola sin antes saber, si volverás a escapar con los sueños de antes, jugaras al amor con dados, con ases, o amaras con locura al fuego que te arde, sonreirás con cada poema que leas, o lloraras con cada foto que veas, dormirás pensando en mi aroma, o soñaras que fui una mas en tu alcoba, que harás ahora sin mi amor, beberás otra miel, respiras un nuevo aliento, tocaras otros delicados pechos, encenderás otros fuegos, te llenaras de ellas hasta tocar sus almas y cuando ellas te amen como esta loca enamorada, la dejaras para seguir nuevamente conquistando tu libertad, sin saber como esta mujer te supo amar.
Hasta pronto mi vida siempre tuya.
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